jueves, 12 de febrero de 2009

La verdad sobre la sinapsis



Ayer asistí a la presentación del libro "Crisis, mentiras y grandes oportunidades" escrito por Jordi Basté, periodista de Rac1 y Carles Torrecilla, quien fue mi profesor de Marketing en Esade. La presentación estuvo francamente bien: amena, divertida e instructiva. De paso me compré el libro y aproveché para saludar al Sr. Torrecilla ya que me hacía bastante ilusión que firmara mi ejemplar.
En el momento de firmarme el libro me pidió que le recordara mi nombre (cosa que, entre nosotros, me hirió un poquito ya que además de no perderme ni una sola de sus clases, en una de ellas me presté a chillar, sí sí, A CHILLAR-pero esa es otra historia).
Con bastante franqueza le comenté este hecho, y entonces fue cuando me confirmó una de sus teorías. Me dijo:
- Me acuerdo, me acuerdo, eras del Part Time de Marketing, te sentabas en penúltima fila, a mi derecha, bueno, a la izquierda. Es verdad que te hice chillar- y al decir esto señalaba exáctamente dónde me sentaba en su clase desde su punto de vista. Por un momento hasta me imaginé sentada y a él dando la clase...
Carles, nunca dudé de tu palabra, pero ayer, cuando salía del aula magna me reía mientras pensaba en aquella clase en la que te subiste a la mesa y en cuánta razón tenías cuando nos decías que con el paso del tiempo iríamos olvidando tus clases pero no nos olvidaríamos nunca de la estampa de nuestro profesor de marketing dando una clase sobre la mesa ya que es más difícil recordar los elementos tangibles (un nombre) que los intangibles (donde nos sentamos, si estamos subidos o debajo de la mesa e incluso si gritamos o no en clase).

Bueno, a lo que iba. Leeros el libro que está genial ;-)

jueves, 5 de febrero de 2009

El telégrafo, el teléfono y TimeHunting


Seth publica hoy en su blog un interesante artículo que ha titulado "Solving a Different Problem" (Solucionar un problema distinto).

En él explica una historia sobre cómo el teléfono mató al telégrafo. El telégrafo gustaba porque era universal, barato, asincrónico y dejaba un rastro en papel. El teléfono, lejos de mejorar estos atributos, sencillamente no los ofrecía: no era universal porque si alguien no tenía teléfono no podías llamarle; era caro incluso si no te llamaban; era sincrónico -si no estabas, no podían hablar contigo; y no había un rastro de papel que registrara las llamadas. Si Bell hubiese intentado mejorar el telégrafo en vez de dar con un nuevo invento seguramente habría fracasado. Por ello, afirma Seth, los "chicos del teléfono" solucionaron un problema distinto de una forma tan genuina que eliminaron a la competencia.

Seth da una lista de ejemplos muy representativos de nuestra época (YouTube vs. TV; Web vs. Diarios; etc.) En el post de hoy os regalamos un ejemplo más: TimeHunting vs. Branding.