Cuando comencé la carrera de Ciencias de la Comunicación, en 1997, nos hablaron de un término que en el momento me pareció que sonaba a japonés: la infoxicación. Se trata de un juego de palabras (información + intoxicación) que se refiere a la sobrecarga informativa.
Es un hecho que hoy existe más información de la que podemos asimilar y efectivamente, hay una sobre saturación de contenidos. Vivimos en la llamada la sociedad del conocimiento; del conocimiento compartido. El saber está al alcance de nuestra manos como nunca antes lo había estado. Depende de nosotros asimilar la información para que ésta no pase a ser infoxicación. Hoy os dejo algunos consejos para lograrlo:
1) Saber qué buscamos. Vale, es de Perogrullo, pero a veces olvidamos que para encontrar lo que buscamos hay que saber qué buscamos. Si no, acabamos por dispersarnos en un mar de información. Cuando nos marcamos un objetivo sabemos descartar la información que nos sobra para quedarnos con la necesaria.
2) Capacidad de Selección. Internet pone a nuestro alcance muchas herramientas para filtrar y seleccionar contenidos. Hay que saber dónde buscar, porque muchas veces olvidamos que existe vida más allá de Google.
3) Capacidad de Organización. Una cosa es encontrar lo que buscamos en el momento en que lo buscamos, y otra muy diferente es dar con la información pasado un tiempo. Por ello es importante que nos acostumbremos a ordenar la información. Google Reader, Delicious o Evernote, entre muchas otras herramientas, nos facilitarán esta labor.
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